Centro Social y Cultural
Zuera, Zaragoza. 2004
El Centro Cívico se ha proyectado tratando de insertar este equipamiento de carácter singular en el contexto de una ordenación de manzanas cerradas de uso residencial con edificios muy heterogéneos. El Centro viene a completar una de estas manzanas, acabando el patio interior que exigía la ordenanza, pero tomando esta condición como el mecanismo que organiza el edificio. El patio se plantea como un vacío central cualificado que llega hasta el nivel más bajo, su disposición abrigada y su cuidado tratamiento lo convierten en una prolongación de los espacios comunes de la planta sótano, en torno al cual se organiza el programa con una circulación perimetral y tres volúmenes adosados exteriormente. Estas piezas están colocadas de manera que formen una secuencia quebrada frente al callejón lateral, con la intención de integrar el volumen, tanto en el conjunto de la manzana como en el espacio urbano circundante, provocando un derrame que ensancha el espacio en la esquina más adecuado para provocar el acceso desde la calle principal. La fragmentación en volúmenes y la retícula que se compone para resolver los cerramientos dan al edificio un carácter propio y le otorgan una escala intermedia entre la presencia rotunda inherente a su carácter singular y la heterogeneidad de los edificios de viviendas que se encuentran en su entorno.