Residencia de religiosas anexa al Seminario de San Carlos
Zaragoza. 1986
Tras dejar de ser Seminario a mediados del siglo XX, este conjunto originario del siglo XVI, que ocupa una manzana entera del casco antiguo de Zaragoza, se ha ido reformado con pequeñas operaciones para acoger diversos usos, especialmente el de residencia de sacerdotes. Entre las operaciones de su plan de rehabilitación se contemplaba la construcción de un edificio anexo para albergar un garaje bajo la rasante de la calle y la residencia de la comunidad de religiosas que atienden la casa. Para ello se utilizó una esquina sin edificación entre la alta tapia que seguía el trazado de las calles y el volumen del gran contenedor que es el Seminario. El edificio se plantea con una organización lineal adaptada a las alineaciones perimetrales, y así liberar un pequeño patio interior que resuelve el encuentro con el edificio antiguo y permite dotar de privacidad y luz natural a las habitaciones. Si hacia el patio el edificio se muestra como una galería continua, hacia la calle mantiene la condición de tapia, pero ahora con un remate en negativo que resuelve la entrada de luz a los corredores, un gran portón y un acceso peatonal que articula el encuentro con el edificio antiguo, de modo que el edificio tiende a integrarse en el efecto de masa y vano, de luz y sombra del conjunto.