Vivienda unifamiliar en Torre Pinar
Zaragoza. 1995
Se proyecta la vivienda según una disposición en ángulo obtuso para adaptarse al límite de la parcela. Se trata de liberar el máximo posible de espacio libre y de configurarlo acompañando a la propia edificación, de modo que el jardín y el porche queden protegidos de los vientos dominantes y bien orientados. La vivienda se organiza en dos alas de acuerdo al programa solicitado, una para la zona de estar y el comedor y otra para la zona de dormitorios, según una disposición que atiende a la relación de cada una de las partes con el espacio libre, lo que da lugar a la aparición de pequeños rincones que introducen un cierto ambiente de arquitectura popular y una variedad de relaciones entre interior y exterior. La vivienda se configura según tres ejes. El primero es la diagonal que separa las dos partes de la casa, por el cual se produce la entrada con vistas y paso transversal desde el vestíbulo hacia el jardín. Otro es el paso continuo en ángulo que ordena la circulación de la vivienda; la otra línea es la limahoya, que resuelve el encuentro en ángulo de las cubiertas y permite definir un volumen que se perciba continuo desde el exterior.